50 millones de células receptoras en nuestro apéndice nasal.
¿Puede ser posible que quepan tantas células en nuestra nariz?. Por supuesto. Y lo que es aún más fascinante es que todos esos millones se ajustan y se buscan su sitio en tan solo 5 cm2 de nuestra pared nasal.
No es de extrañar pues, que cuando nos llevamos una flor olorosa a la nariz, sus moléculas de aroma impregnen el epitelio (esos 5 pequeños cm2) y se comuniquen con los 50 millones de células que tienen conexión directa con nuestro cerebro, al sistema límbico.
Este maravilloso sistema es la "máquina" que nos proporciona diversos impulsos: emoción, intuición, memoria, sed, hambre, conducta sexual, creatividad. Y a su vez estimula al hipotálamo y la glándula pituitaria generando reacciones en el sistema nervioso central y en el endocrino (hormonal).
Llegados a este punto y habiendo entendido, sin profundizar demasiado, lo que es capaz de provocarnos un aroma, podemos afirmar que la Aromaterapia no solo estimula sino que utilizada con un poco de sentido, algo de estudio y mucha curiosidad, puede ayudar a "curarnos".
Si esto es así, entonces... cabe preguntarse hasta que punto un masaje con aceites esenciales puede aliviar nuestras dolencias.
Un PLACER que va más allá de lo que puede uno imaginar. El relax que proporciona un masaje con una sinergia adecuada a lo que buscamos, nos proporciona horas de bienestar. Una hora de masaje aromaterapéutico desencadena, mucho más tarde, un sueño reparador, una liberación de la musculatura y la mente que todo ser humano debería probar alguna vez en su vida.
Cuando nos sentimos felices y relajados, producimos unas sustancias químicas como la feniletilamina (presente también en el sabroso y vicioso chocolate), las enquefolinas y las endorfinas. Estas sustancias circulan libremente por nuestro cuerpo enviando y recibiendo múltiples y diversos mensajes al sistema nervioso central. Por eso es tan importante el aroma que nos llega a la nariz. Ese aroma puede provocarnos tristeza o alegría. La primera debilita nuestro sistema, la segunda refuerza nuestras defensas.
He aquí también la razón de que en muchos centros de salud y consultas privadas comiencen a vaporizar aceites esenciales. Nos predisponen a estar positivos y por tanto a fortalecer nuestro sistema inmunitario.
Desde aquí os animo a haceros con un difusor de aceites esenciales, o un simple quemador de esencias y jugar un poco con los aromas. No solo daréis personalidad a vuestra casa, sino que favoreceréis vuestro sistema nervioso, vuestro equilibrio emocional.
Porque la aromaterapia es naturaleza orgánica para tu bienestar