Esta pregunta y esta actitud es la más habitual ante la idea de acudir a un terapeuta para recibir un buen masaje.
El hombre es desgraciadamente, animal de costumbres y suele acordarse de su mortalidad cuando se hace daño, cuando se duele aquí o allá. Entonces recurre al camino más rápido y más fácil. Ibuprofeno, relajante muscular, manta eléctrica y muchas veces, baja médica.
¿Cómo podemos evitar llegar a este punto?
Recurriendo a una terapia tan antigua como los egipcios: el masaje en cualquiera de sus modalidades –quiromasaje, californiano, ayurvédico, hawaiano, etc.-
¿Por qué motivos?
Paso a enumerar unos cuantos que te darán que pensar y ver el masaje desde un prisma bien diferente:
- La salud de nuestro cuerpo depende de la salud de nuestras células y nuestras células se mantienen limpias si la circulación sanguínea y linfática trabaja como es debido.El masaje activa tanto la una como la otra y ayuda a nuestro cansado cuerpo a liberar toxinas y sustancias nocivas que se van acumulando.
- Esta limpieza lleva a otra muy importante y que todos valoramos mucho: la regeneración de la piel, la liberación de esa capa de células muertas que no nos gusta ver en nuestro rostro, en toda nuestra piel. Todo adquiere un tono sonrosado muy saludable.
- Y ¿qué pasa con la grasa? A nadie le gusta que se le acumule, ¿verdad? Pues el masaje ayuda a mantener los músculos flexibles y a liberar así esa grasa incipiente que desea quedarse perpetuamente contigo.
- Además evita que esa musculatura se “estanque” y que por tanto nos ataque el consabido “tirón”, el “espasmo” nocturno de nuestros gemelos que nos despierta en medio de la noche dando un grito y saltando de la cama para apoyar el pie en el frío suelo y así aliviar el calambrazo.
- Nos duele la cabeza de continuo. La migraña no nos deja vivir. Un buen masaje en la parte posterior-baja del cráneo –además del resto de la espalda y el cuello- activa la circulación y la linfa, liberando la presión sobre el cráneo y evitando sino aliviando paulatinamente esos dolores de cabeza.
- Además, el masaje craneal nos lleva a una relajación tal que conciliar el sueño es cosa de bebés: apoyar la cabeza y roncar.
- Un número cada vez mayor de médicos recomiendan el masaje para mejorar problemas respiratorios como la sinusitis o articulares como la artritis, la lumbalgia y las lesiones deportivas.
- Las endorfinas que soltamos durante la sesión de masaje nos provoca un estado de bienestar y complacencia que nos ayuda mucho a auto-aprobarnos, a ponderar mejor nuestra propia imagen corporal.
- Y en definitiva. El masaje nos proporciona energía, nos motiva, aleja las enfermedades al hacernos sentir mejor y potenciar el trabajo de nuestro propio sistema inmunológico.
¿Necesitas más motivos para acudir una vez al mes a un buen masajista?
¿Necesitas más razones para darle a tu cuerpo y mente el estado ideal para combatir virus, depresiones, dolores musculares y articulares?.
Si a todo esto le sumas la potencia de los aceites esenciales (Aromaterepia) bien aplicada, el resultado tras el masaje aún se triplica. El beneficio te durará no horas, sino días y semanas, puesto que cuanto más regularmente te apliquen el masaje con Aromaterapia, más defensas le estás dando a tu cuerpo, más armas para combatir enfermedades.
Por lo tanto, ¿si no me duele nada? ¿por qué darme un masaje?
Los más poderosos argumentos te acabo de dar.