miércoles, 2 de mayo de 2012


 ¿Y esas manos? ¿de quién son?



Penetrando a través de mi piel, meciéndome como cuando mamá me saca de la cuna, oigo una música tan dulce, que solo puedo sonreír y el calorcito de estas manos que me aprietan sin hacer daño… que a gustito estoyyyyy.
Ya no me duele la tripa. Ufff, es tan incómodo sentir eso en mi barriga todas las tardes.
Mamá me saca de la cuna, me habla, me lleva de aquí para allá, pero no hay manera.
 Ese fuego de mi tripa me hace retorcerme y me pongo colorado de tanto llorar.
Luego viene papá, le dice a mi mamá que no es culpa suya, que le deje a él un rato y entonces me pasan a los brazos más altos de mi padre. Huele muy bien… pero ahora mismo prefiero las manos esas calentitas que me echan un chorrito de algo cálido y muy oloroso. Suben por mi pecho y bajan hasta mi tripa, el dolor este parece que se calla. ¡qué alivio!

Ahora me están amasando un brazo, son las mismas manos que no aprietan mucho, pero que van bailando por todo mi cuerpo. ¿Y la tripa? ¡Se ha callado del todo!
Je,je, je, eso me hace cosquillas, además, tengo muchas “lorzas” en las piernas. Eso le oigo decir a mi madre cada vez que me viste. Luego me achucha y se ríe.

Como siga haciendo eso con mis pies me voy a hacer pis otra vez.

Ahora  me dan la vuelta y las manos suaves bajan por mi espalda, es tan gustooosooo. Ya ha dejado de doler.  Me está entrando el sueño. Ese olor es muuuuy rico. La música se oye más lejos.

Mamá ya no parece enfadada conmigo. Oigo el agua. ¡qué bien, la hora del baño! Me encanta flotar con las manos de mamá sujetándome por detrás. Pero, ¿se han ido las manos suaves que resbalaban? ¡Qué pena!. Me gustaría que volvieran, pero mi bañera también me gusta mucho. Y mamá sonríe de nuevo. Se me abre la boca… Anda mami, ponme el pijama y déjame dormir. 

El calor de mi tripa ya no está.




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