Cuando estás enfadado y tan volátil como una tormenta, la intensidad del ilang-ilang se ajusta a la energía que emana. Esta “flor de flores” exótica y dulce atempera actitudes, quiebra viejos patrones e invoca la flexibilidad.
Acepta el reto. Aprende a reconocer tus fuentes internas, tus bienes y experiencias vitales para construir un camino que atraviese y deje atrás cualquier resto de rabia. La emoción es energía básica que exige movimiento. Explora y transforma la rabia y sé consciente de cómo afecta a otros. El ilang-ilang contiene capacidad para el crecimiento y la profundización de las relaciones. Las obras conscientes se manifiestan en actos de bondad. Reflexiona sobre los actos de bondad que compartes con los demás.
Modifica tu estado físico y mental y afronta tu mundo emocional desde una perspectiva de distanciamiento compasivo. Concéntrate en tu aliento y cambia conscientemente tus respuestas. Piensa en dónde pueden estar los nudos en tu cuerpo. Aplica con intención ilang-ilang sobre dichas partes para nutrir y relajar el cuerpo y la mente. Aprende a meditar. Que la paz reine en cada paso que des.
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