viernes, 3 de agosto de 2012

Masaje Bioenergético y Aromaterapia


Hoy me he levantado con la incómoda sensación de no sentirme a gusto con mi yo interior. Mi propio cuerpo me es ajeno. Me miro las manos, me miro las piernas y a parte de sentirlas cargadas, parecen  no obedecer mis órdenes y si lo hacen es a cámara lenta.

El mundo que me rodea me resulta hostil, agobiante. Me cruzo con la gente y solo percibo amargura, negatividad, mal rollo. No encuentro mi sitio y parece que desentono en cualquier sitio. ¿Dónde está mi centro?

¿Y estas ganas de llorar sin saber muy bien por qué? Me miro en el espejo y veo a alguien que no soy yo. Pienso “que poco valgo, realmente, no le importo a nadie”.
 ¿Alguna vez has tenido un día así? Últimamente ¿notas  mucho más el aire tenso que te rodea? 


No, no es cosa de brujas, es tu cerebro que está empezando a sintomatizar el malestar general. Y tu cuerpo va en consonancia a ese desasosiego. Si además, eres una persona más sensible de lo normal, capaz de notar la “mala baba” del prójimo e incapaz de alejarte de él/ella, entonces tienes un problema. Porque tu empatía te hará sufrir aún más. Tu cuerpo se protegerá inconscientemente, encogiéndose, encorvándose y con ello tensando la musculatura y provocándote dolores allá donde antes no existían ni creías podían existir.

Si tomas las riendas de tu vida y decides acabar con esa situación tienes varias opciones:

  • La primera y más fácil  pero más peligrosa y adictiva son los fármacos previamente prescritos por tu  médico de cabecera. Notarás un alivio inmediato, te sentirás eufórico, lleno de energía y verás el mundo de un color tan lindo que sonreirás ante todo y todos, aún sin venir a cuento. Dejar el tratamiento te sumirá de nuevo en el mismo caos y sensaciones deprimentes.
  • La segunda y más larga y trabajosa será la de acudir a un psicoanalista. Sesiones semanales de monólogos ante un desconocido del cual finalmente dependerás para poder desahogarte,  a no ser que sea realmente se bueno en su terreno y te de las claves para buscar el camino más amable, por tu propia cuenta y con la ayuda de tu familia y amigos.  Esta segunda opción requiere de fuerza de voluntad y paciencia (a parte de una cartera bien surtida).
  • Y luego está la tercera opción,  una alternativa sana, agradable y muy reveladora que te enseñará a reconocerte y a gustarte, a mimarte y cuidarte a ti mismo, con la ayuda de un terapeuta que te mostrará tus límites corporales, tu YO interno a través de sus manos y de los aceites esenciales adecuados a tu estado psíquico en ese preciso momento. El masaje Bioenergético.


Juntos, terapeuta y paciente, abriréis  las puertas a las  energías bloqueadas, descubriendo las tensiones y los puntos del cuerpo carentes de vitalidad, restableciendo el equilibrio energético que te sacará de ese círculo vicioso que últimamente reina en tu vida.

¿Qué hace falta? 

Para realizar esta terapia, el terapeuta ha de tener en cuenta varios puntos importantes que le ayuden a diseñar un masaje “a medida”:
  1. Tu carácter
  2. Tu estado anímico en ese momento
  3. Tus características físicas
  4. Tu lenguaje corporal
  5. Tu respiración

Siguiendo este esquema se “diseñatu masaje personal y la Aromaterapia adecuada que te ayude a recuperar la confianza y a conocerte a ti mismo.

¿Qué me aporta?

Los beneficios derivados de este masaje Bioenergético son tantos como:
  1. Mejora de la circulación sanguínea y linfática
  2. Disminución de los depósitos de grasa, debido a la activación del metabolismo
  3. Facilitación de la digestión y del movimiento intestinal
  4. Tonificación del sistema nervioso
  5. Mayor calidad del sueño
  6. Relajación muscular
  7. Elasticidad articular

¿Y la Aromaterapia? 

La Aromaterapia también trabaja su parte en el proceso:
  1. Alivia las tensiones
  2. Libera tus emociones y el  fluir natural de tus energías
  3. Activa la capacidad torácica y pulmonar
  4. Activa tu olfato, reprimido actualmente por la contaminación acústica y visual de la vida en la ciudad, y te abre las puertas a un mundo sensorial único que convierte la sesión de masaje en un placer sensorial más allá de lo imaginado.


Resumiendo.

Esta visión del cuerpo humano y su energía, que no procede de la nada sino de un cuidadoso estudio iniciado por un discípulo de Freud, Wilhelm Reich, contempla nuestros conflictos emotivos, enfermedades y tensiones como un bloqueo energético  que nos fragmenta y nos debilita.

El masaje Bioenergético  se vale de maniobras específicas y personales que involucra todas las superficies del cuerpo del paciente, para  desbloquear los canales y limpiar los chakras y la sangre, por medio de las técnicas de amasamiento, digitopuntura y fricción, consiguiendo poner en buen funcionamiento  el sistema circulatorio, linfático, emocional, sutil o energético y muscular. Y  colaborando a reducir la fatiga mental y física.  Aportándonos  mayor resistencia frente a la falta de armonía y las enfermedades.


El mundo está cambiando y uno debe adaptarse a esos cambios. El ser humano busca congraciarse con la Naturaleza y vivir en paz y armonía con ella. Pero también buscamos conectar con nosotros mismos y dar respuesta a una de las preguntas más comunes y repetitivas desde que tenemos uso de razón “¿Por qué estoy aquí?”

Pues empecemos por sentirnos armónicos y dejemos correr la esencia  de nuestro YO.


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